Los filtros plantados, también eficaces en invierno

La resistencia invernal de los filtros plantados
Los filtros plantados, también conocidos como sistemas de fitodepuración, son instalaciones que utilizan plantas, como el carrizo, para depurar el agua de forma natural. Incluso durante los meses de invierno, cuando las temperaturas bajan y la nieve cubre el suelo, estos sistemas siguen cumpliendo su función.
Observe la foto de este paisaje invernal. A primera vista, uno podría pensar que el proceso de filtración biológica está congelado, al igual que el entorno que lo rodea. En estas condiciones climáticas, es legítimo preguntarse si este tipo de sistema puede seguir cumpliendo su función esencial. La respuesta es sí, y es fascinante comprender cómo es posible.
Un filtro plantado que funciona incluso a temperaturas bajo cero
Estudios recientes, como los realizados por el Grupo Macrofitas y Tratamiento de Aguas de la Agencia del Agua Ródano-Mediterráneo-Córcega en 2005, han aportado pruebas de la robustez de estos sistemas incluso en condiciones climáticas difíciles.
Imagínese un invierno especialmente riguroso, en el que el termómetro desciende hasta los -15 °C. En tales condiciones, sería razonable dudar de la capacidad de cualquier sistema biológico para funcionar de manera óptima. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que los filtros plantados con juncos siguen tratando eficazmente las materias en suspensión y las materias orgánicas.
Esta resistencia se explica por la estructura y el funcionamiento de los filtros. Bajo la superficie nevada, la vida continúa. Las raíces de las cañas, aunque menos activas que en verano, siguen ofreciendo un hábitat para los microorganismos necesarios para descomponer los contaminantes. Estos microorganismos son los verdaderos héroes del proceso: transforman la materia orgánica y mejoran la calidad del agua, incluso cuando hace frío.
El diseño físico del sistema también juega un papel crucial. El sustrato utilizado, a menudo compuesto de grava y arena, favorece la circulación del agua, lo que evita la congelación. Esto asegura la continuidad en el tratamiento del agua, incluso cuando las temperaturas son extremadamente bajas o incluso negativas. Además, la capa de nieve que a menudo cubre estos sistemas actúa como un aislamiento natural, lo que permite mantener una temperatura ligeramente más alta en el filtro, lo que favorece la actividad microbiológica.
Factores que refuerzan el aislamiento térmico
La naturaleza como aliada
El rendimiento de los filtros plantados con caña en invierno puede atribuirse a una combinación de factores naturales y técnicos que aseguran su resistencia a las temperaturas glaciales. Uno de los principales elementos de esta eficacia es la cubierta natural formada por las propias cañas. Incluso en invierno, los tallos y los rizomas de las cañas ofrecen cierto grado de protección contra el frío, actuando como una barrera que minimiza el efecto de las temperaturas extremas en el sistema.
Esta cubierta vegetal desempeña un papel importante al aislar el sustrato y los microorganismos implicados en el tratamiento del agua. Permite crear un microclima dentro del filtro, donde las temperaturas se mantienen ligeramente más altas que la temperatura ambiente. Esto garantiza que los procesos biológicos esenciales continúen desarrollándose sin interrupción, incluso cuando hace mucho frío.
El acolchado: una barrera natural contra la congelación
Para reforzar esta resistencia natural, se pueden aplicar técnicas adicionales. Uno de los métodos más eficaces consiste en instalar un sistema de acolchado en la superficie de los agregados. Este acolchado, que puede estar formado por materiales orgánicos como virutas de madera o paja, añade una capa aislante adicional. Actúa como una cubierta térmica que evita que el hielo penetre demasiado profundamente en el sustrato, protegiendo así los microorganismos y la red de raíces de las cañas.
Las aguas residuales como aliadas
El notable rendimiento de los filtros plantados en invierno también se debe a la ingeniosa gestión térmica de las aguas residuales que los alimentan. Estas aguas llegan a Sanitation Gardens a una temperatura relativamente suave, en torno a los 10 °C. Esta relativa calidez desempeña un papel importante: evita la formación de hielo, tanto en la salida de las tuberías como en la superficie de los filtros, asegurando así un flujo continuo y regular a través del sistema. Esto significa que, incluso cuando las temperaturas exteriores caen bruscamente, el proceso de filtración no se ve obstaculizado, lo que garantiza una purificación eficaz.
El nieve: una cubierta natural
El nieve, a menudo percibida como un obstáculo invernal, resulta ser un aliado valioso para los filtros plantados. Cuando cubre las plantas, no obstaculiza en absoluto el funcionamiento del sistema. De hecho, el nieve tiene un gran poder aislante que contribuye a la creación de un gradiente térmico. Este gradiente asegura que la parte inferior del filtro permanezca caliente y protegida, mientras que la superficie, aunque fría y reflectante, actúa como una cubierta natural. Esta aislamiento térmico proporcionado por la nieve permite mantener condiciones óptimas para los procesos biológicos que tienen lugar en el filtro.
Canalizaciones ingeniosas
La ingeniosidad del sistema de filtración también se encuentra en el diseño de las tuberías utilizadas para alimentar los filtros plantados. Las tuberías de alimentación están diseñadas para minimizar la exposición al aire libre, con solo sus salidas visibles en el exterior. Este diseño reduce considerablemente el riesgo de congelación de las aguas residuales, incluso en períodos de frío intenso. Al proteger la mayor parte del sistema de la exposición directa a temperaturas frías, los diseñadores han asegurado un funcionamiento fluido e ininterrumpido de los filtros, permitiendo así una depuración constante del agua.
Conclusión
En conclusión, la fitodepuración en invierno demuestra una resistencia impresionante gracias a una combinación de factores naturales y técnicos. Los filtros plantados con juncos no son simplemente una alternativa ecológica; representan un modelo de sostenibilidad y eficacia, capaz de adaptarse a las variaciones climáticas y garantizar al mismo tiempo una calidad de agua óptima durante todo el año.