Transacción inmobiliaria: ¿quién paga las obras de saneamiento?
Antes de la venta de un inmueble
Los trabajos de adecuación de la instalación de saneamiento, a menudo denominados trabajos de saneamiento, antes de la venta de un inmueble, corren a cargo del propietario vendedor. Estos trabajos tienen por objeto garantizar que el sistema de saneamiento cumpla con las normas y reglamentos vigentes, garantizando así la seguridad y salubridad del inmueble para sus futuros ocupantes.
El propietario vendedor, aunque tiene esta responsabilidad, puede decidir no realizar estos trabajos antes de la venta. En este caso, debe informar al futuro comprador de manera transparente. El comprador potencial tendrá entonces la libertad de decidir si adquiere o no la propiedad en su estado actual, con un conocimiento claro de los trabajos que se deben realizar.
Las obras de adecuación pueden convertirse en un elemento crucial de la negociación financiera sobre el precio de venta de la propiedad. El comprador puede argumentar que los gastos generados por las obras de saneamiento justifican una reducción del importe de la transacción, para compensar los gastos futuros en los que tendrá que incurrir.
Sin embargo, es imprescindible tener en cuenta que, en cualquier caso, estos trabajos deberán realizarse a más tardar un año después de la firma de la escritura de compraventa para cumplir con la normativa vigente. El incumplimiento de este plazo podría acarrear sanciones para el nuevo propietario y poner en peligro la seguridad y salubridad de los ocupantes de la propiedad.
Por lo tanto, aunque la responsabilidad principal de las obras recae en el vendedor, el comprador debe estar atento y ser consciente de las implicaciones financieras y legales que estas obras representan.
Durante la adquisición de una propiedad inmobiliaria
Durante la adquisición de un bien inmueble, se deben seguir varios pasos cruciales para garantizar una transacción segura y conforme a las normas legales. Entre los actores clave de este proceso, el notario desempeña un papel importante al velar por la legalidad y transparencia de la transacción y aportar su experiencia jurídica para proteger los intereses de todas las partes implicadas.
Una de las tareas del notario es verificar los documentos necesarios para redactar la escritura de compraventa. Esto incluye la revisión de documentos como títulos de propiedad, planos catastrales, certificados urbanísticos y, específicamente, los diagnósticos inmobiliarios obligatorios. Entre estos diagnósticos, el diagnóstico de saneamiento no colectivo ocupa un lugar especial. Este diagnóstico es fundamental para evaluar el estado de la instalación de saneamiento, especialmente en zonas no abastecidas por una red pública de recogida de aguas residuales. El diagnóstico de saneamiento no colectivo permite identificar si la instalación existente cumple con las normas vigentes y si es necesario realizar trabajos de adecuación.
De este modo, el notario puede proporcionar recomendaciones a ambas partes. Al vendedor, puede asesorarle sobre las responsabilidades relacionadas con los vicios ocultos. Los vicios ocultos son defectos no aparentes de la instalación de saneamiento que podrían afectar al uso de la propiedad. El vendedor debe ser consciente de estas responsabilidades, ya que podría verse obligado a reparar o indemnizar al comprador si se descubrieran tales vicios después de la venta.
Para el comprador, el notario puede explicar la obligación de adecuar la instalación de saneamiento no colectivo. Esta adecuación debe realizarse a menudo en plazos estrictos, generalmente un año después de la adquisición de la propiedad. El notario puede ayudar al comprador a comprender las posibles implicaciones financieras y legales de estas obligaciones para evitar sorpresas desagradables después de la compra.
El certificado enviado por el notario debe contener varios elementos. En primer lugar, especifica la fecha de la venta, lo que permite situar con precisión el momento en que se produjo el cambio de propiedad. A continuación, incluye toda la información necesaria para identificar con precisión el bien vendido, así como la del comprador. Este certificado garantiza que las nuevas transacciones inmobiliarias incorporen una continuidad de responsabilidad en materia de saneamiento. Este enfoque contribuye a la gestión sostenible y responsable de los recursos hídricos y a la preservación de la calidad de vida de los habitantes.